Bamboulá
Tradiciones de Quisqueya
Por Jonathan De Oleo Ramos
Gestor Cultural, Folklorista e Investigar de la Cultura tradicional Dominicana
El traje típico dominicano o vestido típico y su mal uso desde las escuelas hasta los certámenes de bellezas, es el cuento de nunca acabar en el país.
Cada año, en ocasión de la celebración de las fiestas patrias, sobre todo en estos tiempos de la era digital, donde compartimos el quehacer en las redes sociales, vemos cantidades de fotografías de nuestras niñas vestidas de lo que le llaman “trajes típicos dominicanos”.
Usados para exposiciones, ferias, presentaciones y actividades en los centros educativos con motivo de las fiestas patrias, especialmente próximo al 27 de febrero. Pero es una pena decirlo, que nuestros educadores, sobre todo lo del del área de Ciencias Sociales, no conocen de la historia y la información correcta, de manera que no pueden enseñar a los estudiantes y los padres que adquieren la indumentarias con todo el amor para sus hijos.
Decir por estas redes que nosotros como país no tenemos trajes típicos, puede ser que muchas personas entienden que no es así, pero la verdad, es que no tenemos trajes típicos como otros países, por ejemplo Colombia. Aquí tenemos vestidos alegóricos a los colores de la bandera, que los diseñadores y folklóritas llaman vestido nacionalista.
Son varias las veces que se han organizado eventos en país, para definir el traje típico, pero nunca se ha definido el mismo. La primera vez que se quiso hacer, fue en el 1944, para la celebración del centenario de la Independencia Nacional, pero nunca se concretó, siendo esta una idea de Don Angel Miolan.
Es importante destacar que existe un tipo de traje, pero no es típico, creado con los colores de la bandera. Este fue confeccionado por Ilda Kelly en el 1969, con elementos hispánicos inspirado en el virreinato español de María de Toledo, pero nada que ver con las características de la dominicanidad.
Este traje no lleva la blusa agua lluvia con los hombros afuera, como tradicionalmente vemos en los vestidos que usan las niñas y adolescentes, como replica de ese diseño nacionalista confeccionado. Así lo refiere Maria Ugarte en un artículo del periódico El Caribe del año 1969.
Folkloristas y especialistas del área, como Fradike Lizardo y Xiomarita Pérez, destacan y aportan informaciones importantes del tema en sus trabajos de investigaciones.
Además otras de las babaridades que cometen los diseñadores o creadores de esos atuendos que usan generalmente las niñas para actividades escolares, es que lo confeccionan con los hombros descubiertos y hasta en dos piezas; blusa y falda, en algunas blusas las niñas tienen su ombligo y la barriga descubiertos, otra característica incorrecta es que la tela usada es de seda y el traje de tradicional es de algodón, ya que la tela de seda no es nuestra.
“Las campesinas usan el vestido camisero en su diario vivir y el traje típico lo hace la cotidianidad, engalanado estéticamente, pero sin perder su esencia” (Perez, 2014).
Para finalizar, dejo fotografías extraídas de las redes y podrán notar, cual es el traje nacionalista adecuado y cual no lo es. Ojalá algún día se corrija esta situación, entendiendo que estas indumentarias son parte de los elementos identitarios de nuestra cultura y si no lo usamos como corresponde se van a perder más de lo están.